Amaro Gómez-Pablos intentó poner en práctica todo lo aprendido en el criadero "Los Bravos" y en plena competencia se animó a montar uno de los toros que participan de la domadura. 

En medio de la expectación del público asistente, Amaro estuvo largos minutos intentando juntar el valor necesario para dar el aviso de soltar al animal, pero... ese momento nunca llegó. 

"Si no voy a montar... al menos puedo bailar", fue la conclusión del conductor de Chile Profundo para lanzarse a la pista de baile al ritmo de las rancheras en muy buena compañía.