El fiscal iba al rescate de su hija Rocío. Karen no podía más de desesperación y le suplicó a Mariano que cortara la tortura emocional que Gustavo quiso ejercer sobre Aníbal para alejarlo de la campaña y sus fines.
Con agentes llegó Ramos al lugar donde le indicaron que podría estar su hija y uno de los ayudantes de Gustavo lo esperaba con un arma de fuego, para arremeter contra él. El investigador nuevamente puso en riesgo su vida, pero esta vez el caso pasó a segundo plano: había que salvar a su hija.