Hija de una pareja muy humilde. Su padre trabajaba en la fábrica de Fausto y fue despedido por faltar al trabajo a causa del alcoholismo. Su difícil vida le enseñó desde el principio a no dejarse someter, lo que la lleva siempre a pelear y no tiene vergüenza de confrontar a quien sea cuando se siente perjudicada o tratada injustamente. Siente una gran pena no solo por su madre, sino también por su padre, a quien considera una víctima del entorno y de las circunstancias.

Cuando conoce a Pedro, se defiende, sin poder entender lo que un hombre guapo, rico y tan lleno de los mejores atributos puede haber visto en ella. Poco a poco va oponiendo menos resistencia para entregarse a este amor a medida que conquista su confianza. Después de desilusionarse con Pedro, va a aceptar el galanteo de un rico ejecutivo, Tiago Bezerra, y se casa con él, no por amor, sino por cariño. Veinte años más tarde, Elo está casada con Tiago y tienen dos hijos, Letícia y Edu. Ahora tiene una galería de arte popular brasileño. Se volvió más sofisticada, estudió, pero en esencia sigue siendo la misma mujer sensible, ansiosa, directa y transparente. Por Tiago, sentía una mezcla de cariño y gratitud, hasta descubrir que él es un hombre vengativo y rencoroso.