Siempre hermosa, la actriz Natalia Oreiro reapareció ante la cámara, pero alejada de todos los personajes que ha realizado a lo largo de su carrera. La también cantante mostró su faceta más real y cercana en una sesión de fotos para la revista Caras de Argentina, en la que confesó que "Jamás me maquillo si no es para el trabajo. Por eso quería hacer este tipo de fotos, mucho más despojada, más parecida a la que soy y a como me siento ahora".

 Lejos de la ficción, Oreiro confesó cómo es llegar a los 40 años, lidiar con las arrugar y mirarse frente al espejo. Además contó detalles del amor incondicional que tiene por Atahualpa, su hijo de cinco años y su esposo Ricardo Mollo.

Desprendida del maquillaje y el photoshop, la actriz que en nuestro país es recordada por su protagónico en "Muñeca brava" contó que al cumplir 40 años enfrentó sus propios límites y se hizo cargo de quien es. también dio lugar para decir que las operaciones no son su opción: "No estoy en contra de las cirugías, pero para un actor, su instrumento, es su gestualidad", reconoció Natalia a la revista trasandina.

Respecto a lo que siente cuando se mira al espejo, reconoció  que siempre tuvo marcas por su sonrisa. "Claramente no tengo la cara que tenía a los 20 ni a los 30, pero es lo que hay, y trato de cuidarme", pero reveló cuál es la parte que menos le gusta. "Lo peor de mi cuerpo está concentrado desde la cintura para abajo". 

Respecto a esta nueva etapa, Natalia Oreiro afirmó que "En esta nueva etapa de mi vida, voy a hacer las cosas cuando tengo ganas de hacerlas", aseguró. 

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