Gaby Hernández cerró un gran 2018, el cual lo coronó al ganar el Copihue de Oro a la Mejor Actriz. La actual protagonista de Casa de Muñecos dedicó su premio a las personas de la tercera edad y este 15 de enero cumple 80 años de vida. Una vida que ha estado marcada por el arte, los viajes y su pasión por el trabajo. Una historia de vida que, simplemente, te sorprenderá y con la que incluso te puedes identificar... porque en la vida nunca es tarde para cumplir los sueños.

GABY HERNÁNDEZ RECUERDA SU AMISTAD CON RECORDADA ACTRIZ DE TELESERIES QUE TERMINÓ PADECIENDO ALZHEIMER

Gabriela Hernández nació en Valdivia el 15 de enero de 1939, es la menor de tres hermanas y cuando tenía 9 años, su familia se trasladó a Santiago para que su hermana mayor estudiara medicina. En la capital entró al Liceo Manuel de Salas.

A los 10 años ingresó a estudiar al Conservatorio Nacional de Música, en donde potenció sus habilidades para el piano: "Mi madre quería que fuera concertista, pero yo no quería una vida tan solitaria y así es como años más tarde llegué a ser actriz y volcar muchas vidas en un escenario".

 

Decidió ser actriz a los 16 años, cuando vio la obra Noche de Reyes, de William Shakespeare, en el Teatro Nacional de Chile: "Era un montaje precioso y era tan mágico que dije 'esto es lo que quiero hacer'".

Gabriela estudió Teatro en la Universidad de Chile y empezó a hacer obras en la década del 60. Hasta trabajó como mimo en la compañía Los Mimos de Noisvander. En 1964 protagonizó el montaje La Pérgola de las Flores, con el cual arribó a México. Ahí se quedó viviendo durante cinco años.

"Me ofrecieron trabajar en la televisión mexicana y fui bien valiente, porque me quedé sola y fue una gran experiencia. Yo quería conocer el mundo", relata la hoy actriz de Mega.

En México, gracias a sus estudios de piano, participó en programas musicales de fines de los años sesenta.

Tras cinco años en tierras aztecas, Hernández emprende rumbo a Estados Unidos, en donde permanece durante dos años a comienzos de la década del 70. En la imagen se le ve en el Central Park, de Nueva York.

Luego de Estados Unidos, su siguiente parada fue España, en donde se instaló por 18 años. Ahí trabajó en teatro, como, por ejemplo, en Godspell. "Éramos 600 los que postulamos para estar en Godspell y fuimos elegidos solo 12. Esa fue mi primera obra en España", recalca Gabriela.

En Madrid también destacó en el Teatro María Guerrero, en montajes de esperpento de Ramón María del Valle-Inclán. "En La Hija del Capitán trabajé con José María Pou, que luego estuvo en la película Mar Adentro, de Javier Bardem", declara Gaby acerca de las obras que hizo a comienzos de la década del 80.

Si bien triunfó en Europa, también hubo algunos años más bajos. Es así como confiesa que "iba a Marruecos y compraba artesanía del Sahara y después la vendía. A mí no se me cae ningún anillo por trabajar. No me iba a quedar cruzada de brazos y esperando que me mantuvieran. En ese sentido, siempre fui Nora".

Viviendo en el Viejo Continente también recorrió bastante por gusto propio, estando en variadas ciudades, como Venecia, por ejemplo.

En Europa, además, recorrió junto a su entonces compañero de vida -y padre de su única hija- varias ciudades en furgón. "Agarrábamos la furgoneta y partíamos, con las mochilas, con las carpas, con lo que fuera", rememora Gaby Hernández.

Uno de los hitos importantes de esos años en Europa fue haber recorrido Los Pirineos. "Lo hicimos caminando y montando carpas, de España a Francia. Cruzamos todos Los Pirineos a pie... recuerdo que pasé todo un verano caminando y se me nota en los músculos (ríe)", declara la actriz.

En 1988, regresó a Chile, motivada por ofertas de teatro y votar por el NO. Estando acá hace una nueva versión de La Pérgola de las Flores y TVN la llama para ofrecerle su primer rol en teleseries, como Celeste en Bellas y Audaces.

"Sonia Fuchs (productora ejecutiva) me llamó y de ahí no paré más. Llevo 31 años haciendo teleseries y teatro todos los años, pero en ese entonces no había nunca hecho teleseries, por lo que dije 'me monto en este caballo que va a toda carrera y no me caigo o me caigo y me vuelvo a España'". Así rememora la actriz su llegada al género en el que debutó a los 48 años de edad.

Ha estado en 32 telenovelas. Una que recuerda de manera especial es Te Conté? (1990), su primer trabajo en Canal 13. Ahí personificó a Doña Pola, una italiana dueña de la pensión en donde transcurría la acción.

En 2014, en la entonces naciente área dramática de Mega liderada por María Eugenia Rencoret, Gaby se puso en la píel de su personaje más icónico e importante en teleseries, el de Lita Amunátegui en Pituca sin Lucas. "Rodrigo Bastidas escribió ese personaje fantástico y tuve la suerte de que me lo dieran a mí... y lo hice obsevando a todas las pitucas y haciéndolas más simpáticas", explica la actriz sobre el éxito de dicho rol.

Su salto a la primera línea de las teleseries se dio a los 74 años. "Yo siempre esperaba algo así, porque soy Capricornio. Los Capricornio son representados por una cabrita que va subiendo y subiendo la montaña, nadie los detiene, o sea, bien perseverantes. Y si se caen, se vuelven a parar... y así soy yo. Generalmente dicen que el Capricornio llega a sus metas con mucho trabajo y a través de los años, y eso me pasó a mí. Esa es mi historia de mi vida", confidencia Gabriela Hernández.

Desde 2018 a la fecha, Gaby se ha lucido como Nora Elizalde en Casa de Muñecos, una mujer que tras enterarse de que padece de Alzheimer, decide rehacer su vida. "Gracias a este personaje, ahora la gente no solo quiere sacarse fotos conmigo, sino que me conversan sus problemas. Antes a lo más me decían 'hable como la Lita', pero ahora me cuentan cosas y sienten al personaje como una amiga y una buena consejera", enfatiza la actriz.

Y en medio de este escenario de alta popularidad, la intérprete ha seguido mezclando el trabajo con su pasión por los viajes. La misma que este 15 de enero cumple 80 años de edad. "Hay que celebrar, porque he tenido una vida feliz y en la que he hecho lo que he querido", sintetiza la querida Gaby Hernández.